Españoles y portugueses: todos belloteros

Encina bellotera y solitaria, en Aldea del Cano

Encina bellotera y solitaria, en Aldea del Cano

De niño comía bellotas y estaban ricas. Desde luego, bastante más sabrosas que las almendras y las castañas. Comía bellotas y no tenía ningún complejo. Las tomaba crudas. Mi madre me enseñó que debía comerme la parte delantera porque estaba más dulce. La parte de atrás la tiraba, sabía amarga.
No sé cuándo dejé de tomar bellotas. Seguramente, cuando salí a estudiar fuera de Extremadura, a punto de ser adolescente, y empezaron a llamarme bellotero. De manera inconsciente, debí de pasarme a la avellana o a la nuez: no sabían tan intenso, pero tenían mejor imagen.

En Extremadura nos pasa mucho eso: de manera inconsciente, renunciamos a lo nuestro por la cosa de la imagen, como si tuviera menos valor por ser de aquí. A los de Oporto, por ejemplo, los llaman tripeiros porque durante un asedio empezaron a comer callos. Y no se acomplejan, han convertido las tripas a la moda de Oporto en plato nacional y disfrutan de lo lindo atiborrándose ellos y atiborrando a los turistas con un manjar tan humilde.

Encinas y vacas, en Ceclavín, junto a la frontera portuguesa

Encinas y vacas, en Ceclavín, junto a la frontera portuguesa

Una vez se me ocurrió llevar a Galicia una botella de Cremibellota y la serví en una fiesta. Triunfó. Desbancó al Baileys. Desde entonces, cada vez que voy llevo varias botellas de ese espectacular licor cremoso y bellotero.
El otro día, descubrí en un local de comida para llevar unos caracoles criados con bellota. El lugar se llama La Parrilla, está en la avenida que sube a la estación de ferrocarril de Badajoz y anuncian en la puerta sus caracoles ibéricos de pata negra, “como siempre, criados con bellota”.

Encinares alentejanos rodeando el embalse de Alvito

Encinares alentejanos rodeando el embalse de Alvito

En Mérida hacen unos exquisitos caramelos de bellota de la Abuela Paula. Además está la oferta abundante de licor de bellota, el exquisito y popular turrón de pobre, que se consigue emparedando una bellota entre higos pasos, o el dulce de bellotas cocidas con naranja y canela que propone Juan Mari Arzak: se rajan las bellotas en la punta, se cuecen durante 25 minutos con cáscara de naranja, rama de canela y miel, se escurren y se sirven espolvoreadas de canela.

El sol se pone en los encinares de Ceclavín

El sol se pone en los encinares de Ceclavín

El tiempo de la bellota es entre octubre y enero. Como pasamos de ellas y las despreciamos, aunque nos gusten, pues no nos percatamos de que las dehesas empiezan a llenarse de este dulce fruto de la encina que durante siglos fue la base de nuestro sustento. Y la base del sustento de catalanes, vascos madrileños, asturianos, manchegos, castellanos… En España y Portugal, todos tenemos un pasado bellotero, aunque solo nos tilden a los extremeños de bellotaris y belloteros y nos achantemos por ello en lugar de proclamarlo orgullosos.

Encinas en la dehesa boyal de Ceclavín

Encinas, en la dehesa boyal de Ceclavín

Estrabón caracterizaba a los hispanos como comedores de bellotas que se alimentaban de ellas y de sus derivados, harina y pan, durante tres partes del año. San Isidoro de Sevilla especifica que antes de que los romanos nos hicieran cerealistas, la bellota nos daba la vida. En el Quijote, se habla de la Edad Dorada como un tiempo lejano en que los hombres eran felices, se alimentaban de bellotas y de miel y no había propiedad privada ni opresión de la mujer ni angustia por cultivar la tierra.
En la Universidad de Vigo han patentado un turrón de bellota que lleva, además, trufa de chocolate, nata, huevo, limón y leche condensada. En Montijo, hacen unos sabrosos bombones de bellota. En Valencia, venden harina ecológica de bellota y también hay galletas de bellota.

Ceclavín: crepúsculo en la dehesa

Ceclavín: crepúsculo en la dehesa

Asumamos nuestro carácter de belloteros y de mangurrinos, que viene a significar lo mismo. En la bellota está la esencia de Iberia, que permanece intacta en Extremadura porque aquí aún mantenemos nuestro bosque ancestral, el que asombraba a Estrabón. Reivindiquemos la bellota: convirtámosla en seña de identidad y no en motivo de vergüenza. Hoy, decir «de bellota» es decir sublime. Todos los españoles somos de bellota. Los portugueses, también. Y los extremeños, más que nadie.

Encina seca en Ceclavín: ya no dará bellotas

Encina seca, en Ceclavín: ya no dará bellotas

5 pensamientos en “Españoles y portugueses: todos belloteros

  1. Buenas noches Alonso. Tu articulo me ha encantado en forma, expresión y matización. Efectivamente no debemos sentirnos humillados porque en otras ciudades nos llamen belloteros o mangurrinos, ante todo somos extremeños, y cuando alguien de ( fuera como: jamón, lomo, chorizo, patatera ) llega a Extremadura, aparte de gozar y maravillarse de los muchos rincones impresionantes que tenemos, disfrutan saboreando nuestros productos ibéricos como : jamóerían, lomo, chorizo, patatera en sus versiones de dulce y picante… pero no olvidemos el cordero y tantas cosas mas, creo que esto nos debería hacernos el sentirnos super orgullosos, Extremadura es una región o comunidad con muchos, pero que muchos recursos. Me gustaría comentarte donde se ha llevado y han deellotagustado ( por parte de un club no lucrativo y con la colaboración de firmas ) y como les ha gustado, como lo han demandado, es increible, incluso los productos del Tio Picho y el licor de Bellota, y esto ha sido en Galicia, en Madrid, en Asturias, en Córdoba, etc, etc, francamente nos sentíamos super orgullosos de ser extremeños y que se degustasen estos productos, bueno y no digamos del queso. Gracias por dar esta oportunidad . Saludos. Maria de los Angeles Marín

    • Efectivamente, María de los Ángeles, nuestra riqueza gastronómica es excepcional y sorprende a quien no la conoce. Tenemos una variedad y autenticidad de sabores casi cladestinos que es una nueva demostración de cuánto nos queda por hacer, pero también de cuánto empeño estamos poniendo en hacerlo. Un saludo y gracias por tu comentario.

      • Alonso, buenas tardes. Perdona por la redacción del mensaje, me doy cuenta ahora de que han bailado las letras, espero que hayas entendido el escrito. Gracias.

  2. soy extremeño de Salvatierra de los Barros orgulloso de serlo vivo en Madrid desde hace 50 años pero aun me queda mi acento extremeño y cada vez que tengo ocasion lo repito a cualquiera que grande es mi tierra y como la añoro por su jamon su buen vino su buena gente su aceite de oliva sus matanzas sus migas y asi seguiria hasta quinientos manjares mas. Saludos a todos mis paisanos los del pueblo y los que estan fuera de el que son muchos.

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